Los casos de autismo aumentan considerablemente cada año, el Centro para el Control y Prevención de Enfermedad (CDC por sus siglas en inglés) determinó que en 2012 uno de cada 88 niños nació con TEA en Estados Unidos de América, mientras que en el 2002 era uno de cada 150 niños, encendiendo así focos rojos de alerta que invitan a investigar más sobre el trastorno, su origen y su prevención.
Clínicamente se realizan actividades que buscan la inclusión de los niños con TEA en la vida social, se busca que se incorporen de la forma más adecuada, reciben educación en centros especializados y, en algunos casos las personas con dicho trastorno logran realizar vidas normales, escribir libros, tener una familia, un empleo, cursar escuela para personas sin discapacidad, es decir logran una incorporación casi al 100%.
La fisioterapia, regularmente, no es estimada como una disciplina que sea capaz de brindar un tratamiento adecuado para los niños con TEA, es sabido que el autismo aún no tiene cura, pero en la búsqueda de lograr una mayor inclusión de los niños al ámbito social he considerado que puede dar las herramientas necesarias para lograr dicho fin.
Según la CDC, el diagnóstico de un niño con TEA puede ser desde los 4 años, lo que se considera una edad temprana, ¿Qué pasa si desde los 4 años un fisioterapeuta realiza un tratamiento para un niño con TEA? Se estimula un mejor desarrollo en las habilidades cognitivas, físicas y psíquicas, por lo tanto, el cuerpo es fortalecido y las capacidades intelectuales se consolidan ofreciendo a largo plazo una mayor calidad de vida.
Si la fisioterapia es empleada para dar tratamiento a niños con TEA, cumplirá con la misión de fomentar el desarrollo e impactará de manera positiva en sus procesos cognitivos debido a que una intervención de psicomotricidad genera engramas motores que incentivará el desarrollo intelectual de los niños con autismo, por lo tanto la terapia brindada por fisioterapeuta a un niño con autismo, debe ser la herramienta óptima que genere en los pacientes con TEA una mejora en sus procesos psíquicos, cognitivos y por supuesto, físicos.
Los niveles de autismo ya están determinados, pero se establecen desde la perspectiva clínica, no desde sus capacidades físicas, lo cual, considero es un grave error, debido a que cada paciente tiene deficiencias distintas que pueden modificarse con el crecimiento del niño, pero asimismo el grado de movimiento de los niños con autismo puede determinar la facilidad con la cual se logra una mejor inclusión social.
No se pretende establecer un debate entre la psicología y la fisioterapia, por el contrario, se busca consolidar la idea de que ambos se complementan entre si pues el tratamiento psicológico de un niño con autismo es capaz de impactar a su psicomotricidad, de igual forma un tratamiento fisioterapéutico puede motivar un mayor desarrollo psicológico e intelectual, estableciendo así una relación inversamente proporcional.
El diagnóstico del fisioterapeuta, considero, se hace necesario para el establecimiento del tratamiento psicológico, ya que solo así se puede lograr un trabajo interdisciplinario en el que se ataquen las áreas en las que se observa alguna deficiencia y se realiza un tratamiento de dos vías, por un lado, lo clínico y por el otro la psicomotricidad actuando en conjunto para la mejora sustancial del niño con TEA.
Un adecuado movimiento de los pacientes con TEA resulta fundamental para su inclusión social, ya sea un saludo con la mano, una señalización, sujetar cosas, guardar equilibrio, brincar, lanzar, etc., facilita la interacción de los pacientes con su contexto, lo que en consecuencia genera un mayor desarrollo social que se manifiesta con una mejor calidad de vida.

La fisioterapia debe ser considerada como fundamental en el tratamiento de los pacientes con TEA, ya que es a partir de sus especialistas que se puede determinar las deficiencias en la psicomotricidad de los niños con autismo y pueden establecer el tratamiento que logrará el desarrollo motor grueso, motor fino, el lenguaje y el socio-afectivo, lográndose así una mayor inclusión.
Jazmin Ledesma Zatarain